
martes, 12 de octubre de 2010
¿Somos Evolución o creación?

Dietrich Bonhoeffer: el hombre y su misión

Dietrich Bonhoeffer: el hombre y su misión
Desde su muerte en 1945, y especialmente en los últimos diez años, los escritos de Bonhoeffer han estado despertando un interés notable entre los cristianos de todas las edades. Así que vamos a examinar los méritos de leer las obras de Dietrich Bonhoeffer. Lo haremos analizando al hombre y su lugar específico en el canon de escritores cristianos, su trasfondo y contexto histórico y, finalmente, tres de sus obras más importantes e influyentes.
La importancia de Bonhoeffer comienza con su oposición al partido nazi y la influencia del partido en la iglesia alemana durante el surgimiento de Hitler. Este interés lo llevó a áreas de cuestiones ecuménicas cristianas que posteriormente serían importantes como fundamento de los movimientos ecuménicos contemporáneos. Muchas facciones denominacionales y diversos grupos lo reclaman como su vocero, pero es su vida notable y su autoría de difíciles obras devocionales y académicas que le han ganado un lugar en la historia de la teología del siglo veinte.
Bonhoeffer nació el 4 de febrero de 1906 en Breslau, Alemania (hoy parte de Polonia), y tenía una hermana melliza llamada Sabine. En 1933, antes que Hitler llegar al poder, Bonhoeffer, un ministro de la iglesia luterana, ya estaba atacando a los nazis en transmisiones radiales. Dos años después, era líder de un seminario subterráneo con más de veinte jóvenes seminaristas. Ese seminario es visto a menudo como una especie de monasterio protestante, y es responsable de muchas de sus consideraciones acerca de la vida cristiana en lo que se refiere a la comunidad. Más tarde el seminario fue cerrado por la Policía Secreta. En 1939, gracias a arreglos hechos por Reinhold Niebuhr, huyó a Estados Unidos, pero volvió a Alemania luego de una breve estadía. Él creía que era necesario sufrir con su pueblo si quería ser un ministro efectivo luego de la guerra. Los últimos dos años de su vida las pasó en una cárcel de Berlín. En 1945 fue ejecutado por su complicidad en un complot contra la vida de Hitler.
KARL BARTH: 'EL TEÓLOGO DE LA PALABRA ENCARNADA: CRISTO

Profundamente afectado por el desastre que había significado en Europa la Primera Guerra Mundial, y desilusionado por el derrumbe de la ética del idealismo religioso, empezó a cuestionar la teología de sus maestros alemanes y sus raíces en el racionalismo y el historicismo.[2] Esto lo llevó a unirse al Partido Social Demócrata, lo que provoco que los obreros de Safenwil le llamaran “el compañero o camarada pastor.” Y sus enemigos lo tildaran de “el pastor rojo”.[3] En febrero 14 de 1915, ofreció una conferencia bajo el titulo de Guerra, socialismo y cristianismo cuya tesis se resumía en que “un verdadero cristiano debe hacerse socialista, si realmente está por la renovación del cristianismo; y un verdadero socialista debería hacerse cristiano si seriamente apoya una renovación del socialismo.” Como vemos, Barth mantuvo una relación muy estrecha entre su teología y su ética con contenido social y político.[4]
En 1919 se publica en Berna, su obra principal, Carta a los Romanos, y en 1922 reaparece una versión totalmente reformada que señalaba ya su orientación teológica futura. En el año 1921, Barth es invitado a llenar la cátedra de